Jue. Mar 28th, 2024

¡A quién le conviene un desprestigio mayor al interior de la UAEM? Parece que Alfredo Barrera Baca, actual rector de la UAEM quiere dejar huella sobre el cómo hacer destacar a la máxima Casa de Estudios del Estado de México a nivel nacional, pero en el plano del escándalo o del escarnio. Ese parece ser su afán. En su ofuscación por el proceso de elección en ciernes, Alfredo Barrera pretende imponer a cualquiera de sus “delfines”: Luis Raúl Ortiz Ramírez, actual abogado general de la UAEM o Carlos Eduardo Barrera Díaz, secretario de Investigación y Estudios.

Pareciera que la intención, -porque no se puede llamar “operación oscura”-, de Alfredo Barrera, es aprovechar los beneficios que le da la Ley Universitaria, y como presidente de la Comisión Legislativa Universitaria, quiere mover los hilos para favorecer a cualquiera de sus dos favoritos y dejar fuera de la “jugada” a Javier González Martínez, quien desde el inicio de su gestión, le ayudó en un reto por demás mayúsculo y no menos importante.

La posición que jugó Javier González Martínez como secretario de Administración, fue fundamental para que la UAEM saliera del hoyo en el que se encontraba, como lo reconoció el propio rector Alfredo Barrera Baca en conferencia de prensa que ofreció el pasado 29 de enero del presente año. Hace poco más de 19 días.

Es más, sin citar nombres, Alfredo Barrera sabe que gracias al trabajo pulcro que emprendió Javier González Martínez desde el primer día del 2017 en que el rector tomó las riendas de la UAEM, las finanzas empezaron a tener otro color.

No porque se hiciera algo oscuro, no, sino que Javier González puso en práctica toda su experiencia y capacidad para saldar los pasivos que tenía la UAEM a la llegada de Alfredo Barrera, deuda que superaba los 5 mil millones de pesos. Porque como secretario de Administración esa era su principal tarea y responsabilidad. Actualmente Juan Miguel Reyes Viurquez, secretario de Administración de la UAEM ha seguido al pie de la letra esta tarea y gracias la instrumentación del Programa de Ahorro y Contención del Gasto fue posible tener ahorros por más de 317 millones de pesos., mismos que presumió el rector Alfredo Barrera.

En palabras del propio rector, la única deuda que se tiene es con el ISSEMyM y, es una “deuda controlada” porque ya se firmó un convenio, además se dio un anticipo de más de mil 600 millones de pesos”.

“…la deuda que nos queda es de 700 millones de pesos hablando en cifras muy gruesas y plazos muy razonables, los importes se han disminuido”.

“… se ha avanzado, gracias al depósito anticipado de 118 millones de pesos que se hizo en diciembre (2020)”.

“…deudas importantes no dejaremos, dejaremos una Universidad con finanzas equilibradas después de 8 años de atrasos”.

Alfredo Barrera detalló que al inicio de su gestión como rector, en 2017, la deuda era de 5 mil millones de pesos y “hoy (2021) es de casi 800 millones de pesos y es exclusivamente con el ISSEMyM, ya no le debemos al gobierno, al SAT, ya no le debemos a proveedores. Hoy la Universidad, dijo revirtió es intranquilidad de la deuda”.

Es de suma importancia hacer una remembranza de lo que ha dicho el propio rector Alfredo Barrera sobre las finanzas equilibras en estos casi 4 años y que se logró saldar los pasivos que tenían más de 8 años de retrasos como él mismo lo hizo saber.

Por eso sorprende que hoy se quiera medir con el mismo rasero a quien en su momento le confió la administración de los recursos, tanto los que ingresaban como los que se tenían que pagar, por lo que no dudó en la capacidad de Javier González Martínez para poder llevar a buen puerto, un problema que se venía arrastrando desde el 2009 y no se había podido resolver de ninguna índole. Ciclo que, por cierto, está por cerrar Juan Miguel Reyes Viurquez. Por ello, hoy en día, sorprende hablar de una “Estafa Maestra” en la UAEM.

Alfredo Barrera no lo dice a los cuatro vientos, pero si es tema de conversación entre los suyos, en las reuniones, en los encuentros; para qué, para denostar a quien lo ayudó, que siendo responsabilidad de Javier González, el otrora secretario de Administración, nunca dudó en poner en práctica lo aprendido en las aulas de la máxima Casa de Estudios para sacar del hoyo a la UAEM por los pasivos que representaban el pesado lastre. 5 mil millones de pesos.

La llamada “Estafa Maestra” ha señalado a muchos; a Rosario Robles Berlanga, a Ernesto Nemer, a Eduardo Gasca Pliego, a Jorge Olvera, entre muchos más, pero, no hay imputaciones directas con alguno de ellos que los lleve a la cárcel, como sucedió con la otrora secretaria de Desarrollo Social quien terminó su gestión como titular de la SEDATU. Entonces qué tipo de “Estafa” es, y verdaderamente será “maestra”, o de qué estamos hablando, porque si de verdad hay implicados, administrativa o penalmente, por qué no hay detenidos.

Es pregunta. Pareciera que la intención de un reducido grupo de académicos universitarios, es “crucificar” a Javier González, por el solo hecho de representar una alternativa viable para dirigir los destinos de la Universidad Autónoma del Estado de México para los próximos 4 años, en la víspera de la elección del nuevo rector.

Lo que parece ser, por primera vez en mucho tiempo, un proceso democrático abierto, pulcro, limpio, transparente, para elegir rector del a UAEM, se puede convertir en un “cochinero”, porque de manera ventajosa, quieren hacer ver al ex secretario de Administración Javier González, como el único culpable de la “Estafa”, sin tener en consideración que él no tuvo implicación directa en un hecho que se había consumado y eso lo sabe el rector.

Pero Alfredo Barrera sabe que la única manera de frenar la carrera ascendente de Javier González, es “sembrándole” un pasado académico de dudosa reputación. Para el rector, los únicos que tienen méritos propios, son Carlos Eduardo Barrera y Luis Raúl Ortiz, así de reducida es su visión. Estamos a 8 días de que se lleve a cabo el registro de aspirantes a rector y ahí se verán claramente las intenciones de Alfredo Barrera, si deja “pasar” a Javier González o de plano lo frena. Seremos mudos testigos de lo que suceda el 25 de febrero próximo.