Lun. Jul 8th, 2024

La ética es el filtro que podría impedir el acceso a personas incapaces, ineptas, corruptas y demagogas que buscan ingresar al servicio público y, además, es un obstáculo para aquellos que ambicionan y anhelan el poder sin contar con un perfil idóneo, afirmó Óscar Diego Bautista, catedrático de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y especialista en temas de Ética Pública.

Al ofrecer la conferencia ´´Integridad en los Servidores Públicos´´, organizada por el Comité de Ética del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), el también investigador y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), destacó que la ética tiene que ver con personas comprometidas con el espíritu de servicio.

En el salón ´´Benito Juárez´´ de la Cámara de Diputados mexiquense, desatacó la relevancia de la ética en el servicio público por varias razones: porque el espíritu público está siendo sustituido por el espíritu privado o del capitalismo; porque se requieren individuos con perfiles idóneos para enfrentar los retos del país; porque hoy se cuenta con servidores públicos con bajos niveles de escolaridad y formación profesional; porque se necesita de verdaderos servidores públicos que sirvan a la ciudadanía y porque hay mucha corrupción en los nuevos, ´´lo que genera que el país se esté desmoronando´´.

Ejemplificó que, en el año 2000, de 2 mil 429 alcaldes en el país, 15% eran analfabetas y 60% apenas había concluido la primaria. Además, en los países subdesarrollados, persiste un esquema de botín en el que los cargos de dirección o relevancia son otorgados a amigos, compadres o familiares que no cuentan con estudios o perfiles idóneos.

Ante el titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos del OSFEM y Secretario del Comité de Ética, Jorge Bernáldez Aguilar, mencionó que la falta de ética en el servicio públicos va ligada a la corrupción, fenómeno presente en los sectores público, privado y social, así como en los tres poderes, en todos los niveles de gobierno y los sectores de la administración pública.

´´Las prácticas corruptas se han vuelto comunes´´, afirmó, y el camino para no entrar en esa dinámica es tomar conciencia y cumplir con un perfil básico para estar en el servicio público: capacidad para el cargo, lealtad a la Constitución –la política y la escrita–, y tener sentido de justicia.

Advirtió también que mientras en México no sean castigados los malos servidores públicos, seguirán riéndose de los códigos y eso permitirá mayor impunidad.

Señaló, no obstante, que los valores éticos que debe poseer un servidor público son adquiridos, y cuando se rescatan y fomentan ´´éstos construyen, reconstruyen, fortalecen, motivan, generan integridad y dignidad, lo que genera una conducta libre orientada a la realización del bien mediante el cumplimiento del deber´´.

´´Por el contrario, cuando los valores se debilitan o ausentan, los antivalores y las prácticas corruptas aparecen de inmediato´´, indicó.

Destacó que sólo la interiorización y la fortaleza de las convicciones éticas pueden cubrir el vacío que el contexto produce. ´´Un servidor con ética no roba, no miente, no estafa, no traiciona; al contrario, actúa con prudencia, cumple con sus deberes, ofrece resultados, trabaja por el bien común´´.

´´El propósito de la Ética Pública es generar el Bien Interno o Espíritu de servicio en todo servidor público. Ningún político y funcionario debería ocupar un cargo si no cuenta con una formación en valores´´, enfatizó.