Almoloya del Río, Estado de México. La mañana en Almoloya del Río amaneció con ese aire fresco que anuncia movimiento, y esta vez no era la excepción. Entre vecinos que asomaban desde puertas y ventanas, y otros que se acercaban con curiosidad, se reunió el Cabildo encabezado por el alcalde Óscar Galán Flores, decidido a convertir una jornada de trabajo en un nuevo impulso para la comunidad.
Las calles Ignacio Manuel Altamirano y Josué Mirlo –hasta hoy marcadas por el desgaste del tiempo– fueron el escenario donde se escucharon aplausos, saludos y el rumor constante de máquinas listas para comenzar. El olor a tierra húmeda se mezclaba con la expectativa de los habitantes, quienes veían en esta obra más que pavimento: un símbolo de respuesta y cercanía.
El alcalde, acompañado de su cuerpo edilicio, caminó entre los vecinos, estrechando manos y escuchando historias de quienes por años habían pedido una mejora que hoy por fin comenzaba a tomar forma. La presencia del síndico y de las regidoras y regidores no pasó desapercibida; todos, con gesto firme y convencido, respaldaban el proyecto que busca transformar no solo las calles, sino el día a día de las familias.
Mientras se marcaban los primeros trazos de la obra, una señora comentó con orgullo: “Ahora sí, esto ya es un cambio de verdad”. Y es que la pavimentación, las nuevas guarniciones, las banquetas y la sustitución de la red de agua potable representan más que infraestructura: son una apuesta por la dignidad urbana y por un futuro más seguro y ordenado.
Así, entre sonrisas, fotografías espontáneas y el murmullo constante de vecinas y vecinos satisfechos, Almoloya del Río vivió otra jornada que confirma que el progreso se construye con hechos… y con la unión de todos.
