Por: Javier Martínez Ferrusca
PRI a un paso de la extinción
Nació bajo los preceptos de la Revolución, pero después de 95 años de historia el Partido Revolucionario Institucional se olvidó del “Sufragio efectivo no reelección” y le abrió camino a su líder, Alejandro Moreno, para reelegirse por 8 años más, a pesar de los desastrosos resultados de su mandato, “Alito” dejó de lado la ética que caracterizó en otros tiempos los líderes del PRI, quienes al no tener buenos resultados renunciaban por dignidad.
Durante el tiempo que Alejandro Moreno ha estado al frente, el PRI pasó de ser un partido de primera fuerza a su mínima expresión, hoy solo gobierna dos entidades y su bancada en el Congreso de la Unión será de partido satélite; figuras del PRI renunciaron durante su liderazgo, en parte por la habilidad de Andrés Manuel López Obrador para presionarlos con una máxima priista “el garrote o la zanahoria” y, otros por su falta de convencimiento para construir un nuevo proyecto de partido.
Muchos ven en “Alito” al culpable de todos sus males, pero el PRI vive un desgaste permanente que ya no se puede frenar, su tiempo de vida se agotó y gracias a la bondad de La Mayoría Silenciosa duró demasiado tiempo en el poder. Nunca pudo aprovechar las ventajas de nuestro país, su riqueza natural, su gente, su maravilloso territorio para sacarlo del tercer mundo.
Sus vicios, su corrupción, forjaron una escuela que hasta la fecha sigue siendo ejemplo de un mal gobierno, sin importar el partido en el poder su ideología prevalece, pero lejos de hacerlo con una nueva forma de hacer política, los partidos se mimetizaron con el PRI, y algunos como en el caso de Morena mejoró sus más rancias prácticas. Andrés Manuel López Obrador logró lo que ni Vicente Fox ni Felipe Calderón pudieron, extinguir al dinosaurio que tanto daño le causó al país.
Los ejes de la Revolución que alguna vez le dieron vida han quedado rebasados por la evolución natural de La Mayoría Silenciosa, y ellos, no supieron reinventarse, prefirieron mantener sus privilegios y enriquecerse a manos llenas en lugar de buscar el progreso y la fortaleza del Estado mexicano, se quedaron cortos como estadistas.
Por otro lado, “Alito” no entiende que la reelección se implementó en México para darle continuidad a los proyectos aceptables, confunde el ejercicio de los gobiernos ejecutivos, donde se implementó para evitar la curva de aprendizaje en sus titulares y, usando la figura busca quedarse con el liderazgo, ya sea para encabezar un nuevo proyecto político con nuevo nombre, logo y colores o para enterrarlo.
Por el momento el consejo del PRI sólo admitió la propuesta de reelección, pero hay muchos consejeros que le deben favores al líder nacional, ya sea porque los eligió como candidatos o porque le abrió las puertas del partido con mejores posiciones, llegado el momento se verá cuántos van a apoyar su reelección y cuántos tienen la valentía para votar con objetividad, con base a sus resultados y buscando lo mejor para su partido.
Alejandro Moreno y los militantes van a decidir el camino del PRI, por ahora, pero La Mayoría Silenciosa definirá su futuro dentro de tres años en las urnas.
*Delfina Gómez define en el conflicto del PT*
La postura de la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez en el conflicto que vive el Partido del Trabajo será fundamental para saber cuál de los dos grupos tiene más peso político, Oscar González Yáñez apoyado por su secretario general de Gobierno, Horacio Duarte o Fernando Vilchis con el respaldo de la dirigencia nacional petista. La Maestra debe elegir al interlocutor para los asuntos políticos y legislativos, el elegido tendrá el poder de dialogar y acordar los temas torales de la agenda del gobierno mexiquense.
Ni Oscar González ni Fernando Vilchis tienen la bendición por el momento, el primero tiene viejas rencillas con la gobernadora cuando en la elección del 2017 se tardó en declinar por Delfina Gómez que terminó perdiendo la elección frente a Alfredo del Mazo; el segundo, apenas brincó al PT y ya anuncia una persecución de la Fiscalía mexiquense contra sus funcionarios municipales.
La duda se va a despejar máximo a finales del mes de agosto, cuando se elijan los coordinadores en el Congreso local y se repartan las comisiones.
*Poder Judicial sin apoyo de La Mayoría Silenciosa*
Durante largo tiempo el Poder Judicial desperdició su función como contrapeso entre poderes, se asumió como un apéndice del Ejecutivo en turno, lejos de mostrar autonomía se mostraron serviles con quienes los propusieron, se olvidaron de servir a La Mayoría Silenciosa, que ávida de justicia les fue perdiendo la confianza. Hoy que enfrentan una de las peores batallas de su existencia, la ciudadanía no los defiende, no hay razones para hacerlo.
No por ello, significa que la reforma al Poder Judicial que pretende Andrés Manuel López Obrador sea la correcta, los dos, tanto el Judicial como el Ejecutivo se olvidan de lo más importante, la justicia, la reforma no traerá una mejor aplicación de la justicia para los ciudadanos, para eso es necesario mejorar las fiscalías, los servicios periciales, los derechos humanos, las policías municipales y estatales.